jueves, 11 de noviembre de 2010

Poesía a partir de la ausencia

Ell Ecnonomista

10 Noviembre, 2010 - 18:11

La poesía siempre es un remedio aunque su materia sea el dolor. Sandra Lorenzano, escritora poliédrica, lectora voraz, crítica aguda, excelente anfitriona y madre amorosa de tiempo completo, ante el padecimiento de una de las pérdidas más fuertes que puede experimentar un ser humano: la muerte de su madre, se metió en los abismos del alma y escribió poesía.

Pero como uno de los poetas más vitales del romanticismo, Novalis, la poeta Lorenzano toma la muerte y el dolor como motivos para subir a un mundo superior que es también oscuro y que es el instante poético pero regresa, después de volver la mirada a ese abismo, para salir renovada.

El resultado poético es un libro profundo y bello de nombre Vestigios (Pre-textos, 2010), que reúne varios poemas en torno de la ausencia y el amor.

"Un poco antes de que se publicara Saudades (su primera novela) murió mi madre. Fue en un mes de agosto", nos confiesa la autora, luego de que le preguntáramos el por qué de un verso que se repite en los poemas: "agosto el mes más cruel".

"En aquel momento, yo no le quise dar el manuscrito de Saudades a mi madre porque le quería presumir el libro ya terminado. Pero ella no alcanzó a ver Saudades publicado", nos platica la escritora de mirada profunda y envolvente.

"Y luego de su muerte, cuando me senté a escribir me di cuenta que mi madre se había llevado con ella las palabras: la lengua materna. Lo único que fui capaz de escribir en ese momento fue poesía, así surgió Vestigios. Por eso la ausencia y el amor tienen tanto peso. Sólo a través de la poesía podía hablar sobre lo que sentía", comenta Lorenzano.

Los poemas de Vestigios gravitan en torno de tres núcleos o esferas: 1) las ausencias y la muerte, 2) el amor y el erotismo, y 3) el lenguaje, aspectos que en realidad son inefables e inabarcables. Por ello, profundos. Poemas en los que refulge el talento, el rigor y la audacia de la autora, quien ofrece, en pocos trazos y en pocas páginas, una obra completa en su incompletud, perfecta en su insustancialidad y muy proteica como alimento del alma humana. Las palabras son emociones e imágenes que a su vez son diálogo y encuentro. La palabra como un amuleto gozoso.

"Hay un flujo poético en este libro (que es un eco del sonido primigenio y ancestral). Tiene que ver con las huellas de la memoria. Vestigios alude a aquello que estuvo pero que ya no está y lo que nos queda es una pequeña marca que nos va a permitir tener un diálogo con lo que hubo.

"Es gracioso: terminamos siendo las ausencias de otros, las ausencias de lo que nosotros mismos fuimos: tú vas dejando de ser quien eres", precisa la autora.

Vestigios será presentado este jueves en la librería del FCE Rosario Castellanos, Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 22, Condesa), con los comentarios de Rocío Cerón, José Gordon y Nicolás Alvarado, y, además, la violonchelista Jimena Giménez Cacho interpretará una serie de composiciones que creó a partir de la lectura de los poemas de Lorenzano.

aflores@eleconomista.com.mx

CREDITO:

Alejandro Flores/El Economista

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